lunes, septiembre 18, 2006

Balastado de la vía

Para un balastado correcto, es importantísimo medir y fotografiar la zona a representar en lo que a tamaño de la piedra, color y suciedad alrededor de los carriles se refiere.

Es esencial diferenciar líneas principales y secundarias, puesto que las primeras reciben una renovación de las bateadoras con mucha más frecuencia que las segundas, y ello hace que las líneas secundarias se vean más “sucias”. El balasto de las líneas secundarias tiene un tono mucho más “ceniza”. Con frecuencia, el balasto se compone de hasta cinco tipos de colores diferentes, desde el gris claro al muy obscuro, casi negro, con tonos de gris neutro, marrón y verdoso también.

Decidir el color del balasto (dependiendo de la zona a modelar), mirando fotografías del modelo real; hay zonas en las que el balasto antiguo y ennegrecido queda por debajo del nuevo que depositan las bateadoras. Desde un punto de vista del modelado, y llegado el momento de elegir el color del balasto para luego patinar, hay que tender primero el más antiguo (y obscuro), y de ahí para arriba ir tendiendo capas mas claras, añadiendo –al final- el patinado.

Algunas líneas nunca se han vuelto a balastar desde que se tendieron, y la vía puede tener un aspecto lamentable. Es frecuente ver parcheados de diferentes colores y texturas en una misma sección de vía. Cuidado también con la manera en que se tendió el balasto (con bateadoras o a paladas, porque ello añade una irregularidad al trazado).

En los apartaderos suelen haber restos del paso del tiempo; trazas de arena, fugas de grano, restos del paso de ganado, pérdidas de aceite, combustible o cualquier otro material susceptible de ser transportado en vagones.

Un charco de aceite sobre el balasto nuevo resaltará mucho más que sobre las capas antiguas. La escala también se aplica a los colores y a la gradación entre éstos. Las vías de servicio tienen un tinte distintivo (más aleatorio) que el de la línea principal (más uniforme).

Tengo dos maneras de realizar mi propio balasto: la artesanal y la comercial.

Para el balasto artesanal, cojo varias piedras de balasto auténtico, granito tirando a oscuro y cenizas de brasero (de los antiguos). Pico y muelo perfectamente las dos primeras, mezclando el resultante y colándolo con un colador de mena (malla) adecuada para obtener piedras de –aproximadamente- medio milímetro de diámetro. Luego lo oscurezco con las cenizas y embalo dejándolo listo para ultimar el tono final.

En cuanto al comercial, utilizo balasto de marca Highball Escala N en gris claro (ref. 330-121)

como punto de partida; añado la referencia Ceniza (ref. 330-124) de la misma marca, y piedra real escogida en diferentes lugares, pero que correspondan –más o menos- con lo que se desea modelar (enfrente de mi casa hay un descampado lleno de tierra con un color perfecto, y lo suficientemente descompuesto como para que el tamaño de la piedra sea tan diminuto como necesito. Es conveniente, eso si, evitar las cacas de perro que abundan por los alrededores; más que nada porque no están a rigurosa escala N y huelen malamente, amén del montón de gérmenes que pueden contener).

En un principio, apunto el spray hacia arriba, dejando que el agua caiga suavemente sobre el balasto. Esta niebla ligera evita que el balasto se vuele. Una vez la superficie está ligeramente húmeda, puede dirigirse el spray directamente a la vía. Usar suficiente agua para que el balasto se empape bien, ya que si sólo la superficie está húmeda, el adhesivo no impregnará y el resultado será una costra ligera y frágil. El balasto se oscurece una vez pegado.

En el módulo "segunda_aguada" (bajo las dos normativas: Plataforma-N y Euro-N) he utilizado una medida de balasto Buff fino, otra medida de Gris claro fino y media medida de Aneste ref.150. Esta proporción otorga al balasto resultante un color gris-beige, con incrustaciones más oscuras, perfecto. Muy estilo RENFE años '60.

Ir dosificando el balasto primero entre los raíles, luego en los laterales. Con el dedo aplanar y repartir el balasto entre los carriles; con la punta del palillo tumbada, limpiar el balasto caído encima de las traviesas, depositándolo en los huecos. Repetir esto cuidadosamente hasta que no quede balasto sobre las traviesas. Aplacar y dar forma con el dedo.

A continuación, humedecer con agua jabonosa (para romper la tensión superficial), y empapar con la mezcla de cola y agua al 50%. Dejar secar perfectamente y luego repasar con la punta para dejar una superficie plana y sin granos de balasto sobre las traviesas.

Para el pintado y envejecido de las vías (balasto y traviesas), utilizar Burnt Umber y un poco de gris obscuro, añadiendo un poco de negro mate, elaborando una aguada. No una aguada para patinar o envejecer, sino algo más fuerte (menos diluida). Aplicando con algún método que nos proporcione control (por ejemplo, con un aerógrafo para acuarelas), coloreando el balasto entre los raíles, y hasta los bordes de las traviesas. La aguada se extenderá (empapará) hacia el exterior hasta una distancia adecuada que la hará parecer más natural. Una vez seca, utilizar otra aguada más espesa y obscura para dibujar una línea o chorreo central entre los carriles, especialmente si se representa época de vapor y diesel.

Una vez el balasto en su sitio y patinado (wheathered), se le da un repaso con el mata-hierbas, que básicamente añade un tono óxido sobre las traviesas, muy cerca de los carriles y el balasto. Esto le da a las vías un tinte rojizo-marrón final.

La vegetación es fieltro tintado (ver IPMS (International Plastic Modelers Society)); es perfecto en escala N.

El método es el siguiente: marcar la zona a cubrir con hierba-matojos-vegetación en la maqueta; mi base se compone de poliestireno extrusionado y pintado (Stryrofoam). Antes he preparado pintura en los tonos correspondientes a la zona a modelar, y se cubre el poliestireno, marcando la zona que quiero cubrir con vegetación rastrera. Si el espacio de ajuste es crítico, hago una plantilla con papel de calcar de la zona exacta a cubrir, que luego utilizo sobre la lámina de fieltro. Utilizo un lápiz para textiles para dibujar los bordes en el papel, recortando a tijera la plantilla obtenida sobre el fieltro. Luego coloco el fieltro recortado en su destino definitivo para comprobar el ajuste. Para fijarlo al sitio, utilizo pegamento acrílico de contacto de marca Elmer (sin olor y con base al agua), encolando tanto el fieltro como la base del terreno. Otro buen adhesivo a utilizar es cola cerámica para azulejos, que es una mezcla más espesa y se utiliza de manera similar. Presionar sobre el terreno para ajustarlo y adaptarlo al relieve. Dejar secar 12 horas. Luego, con el aerógrafo (airbrush), y utilizando tintes (colores) permanentes, se pulverizan varios tonos de verde, ocre y marrón directamente sobre el fieltro, dejándolo secar completamente. A continuación espolvoreo (scatter) suciedad sobre el fieltro (pueden ser restos auténticos de suciedad y pequeñas piezas de vegetación y piedrecillas, dependiendo del escenario real), y luego, utilizando varios instrumentos afilados o con punta empiezo a pellizcar y extraer las fibras del fieltro por entre la suciedad esparcida. Aquellas áreas más boscosas (espesas de vegetación) pueden ser rápidamente levantadas o enderezadas con la ayuda de pequeños cepillos (file cards), y los matojos espesos en las colinas y terraplenes y desmontes son sencillos de representar estirando las fibras con un mondadientes. Si las fibras resultan muy largas, se “pelan” como con el cabello con unas Tijeras, siempre de acuerdo a la vegetación que se quiera representar. Compactar presionando la suciedad aquí y allá, añadiendo pequeñas piedras, cañas, grava, canchales (boulders) hasta conseguir el efecto deseado. En este punto es esencial contra con algunas fotografías-tipo, que son siempre mejores que la memoria.

Una vez que todo lo anterior ha reposado y se ha secado, y utilizando un spray de chorro realmente pulverizado tipo “niebla” (por ejemplo, tipo esos para eliminar el mal olor –Febreeze-) humedecer la zona con agua; con un cuentagotas grande (o un botecito de colirio ocular) colocar el orificio entre las fibras del fieltro de la vegetación y empapar la suciedad, polvo y piedras con la mezcla de adhesivo habitual de cola blanca y medio mate para paisaje, teniendo cuidado de no tocar las fibras que asoman por encima de la suciedad. Otra técnica que funciona igualmente bien es diluir una mezcla de matte medium, agua y unas gotas de detergente, jabón o Kodak Photoflow (para romper la tensión superficial) en otro spray, pulverizando la zona con el adhesivo.

Este método es fantástico, dando unos resultados espectaculares.

Algunas zonas pueden realzarse con “little ground foam” para representar montones de paja pendiente de recoger o embalar; empapar con laca de pelo barata.

Dejar secar y usar el cepillo o el mondadientes para separar las fibras que hubieran podido quedar pegadas entre sí. “Pelar” de nuevo la hierba y matorral con tijeras una vez seco y aspirar los sobrantes.