lunes, septiembre 18, 2006

Modelado de paisaje con piel falsa

I found when drying the faux fur make ridges with the hair dryer. These ridges when dry appear to be clumps of grass.
Click here to read the original faux fur article in the March 2005 Railroad Model Craftsman
Fit the pelt over the desired grassy plain. The cloth is flexible so it will go over irregular surfaces. There will be humps formed but they are easy to resolve.
Where there is a hump cut a small "V" in the pelt. Press the fur down until it lays reasonably flat.
Cut the fur piece smaller than the area you want to add grass. This will allow the border to be blended.
Glue the fur down with a clear household glue. I originally used white glue. The clear household glue is applied to the fur and it is pushed into place. After the piece is in place add a border of grass tufts.
I glue them down with artist matte medium. I cut the tufts from the scraps left over from fitting. Regular scissors can be used but it is faster with curved embroidery scissors. Press the tufts into the matte medium. Make an irregular pattern out from the edge.
When I did the original article I didn't have a chance to explore all the possibilities of the technique. The key question was the addition of low grass pieces into a field.
I decided that the field needed an additional piece of grass. I cut and fitted a small piece. I glued it with an 1/8" gap. I applied matte medium and pressed tufts into the gap.
The new piece disappears into the old piece. The tufting on the edge blends the piece into the terrain.
While experimenting I developed pieces that weren't consistent in their coloring. I was going to fit this darker piece next to the other lighter piece. I cut and fit the piece and glued it down.
I left an irregular gap to make the transition from one piece to the other easier. I mixed tufts from both pieces in an irregular quilt. The difference is not noticeable. It actually looks more natural with less regular pieces.
Tufting will fill large gaps and give a more natural edge. I left a large gap at the bridge.
Fill the gap with tufts at some of the edge with gaps in the tufts. Clump them. This will look like the grass is not one piece.
Taller grass grows in flatter areas. I cut and fitted this piece. The taller grass is easier to work with because the backing is thinner than the felt backed low grass.
Originally I used white glue like this to glue the grass but found applying clear household glue to the fur and pressing it in place worked better. Put a bead around the edge and crisscross the glue beads on the pelt. The household glue sets quicker and holds better.
I have found that curved embroidery scissors work best for tufting. Cut the excess pieces into strips about 1/4" wide. Cut the pelt for the backing side.
Tuft out irregularly from the glued pelt. Clump some of the tufts as individuals.
Add fine ground turf to the fur and hold in place with cheap hair spray. It makes more variety and resembles grain products.
The long fur can be joined together without tufting between pieces. There are at least 5 pieces in this area. It also can be darkened by rubbing undiluted Dye-na-flow to the area. I put it on my finger and rubbed it into the fabric. It is easier to leave the fur long and shorten it in place. I use thinning shears for shortening.
The fur can be colored with felt tip markers. The golden grass in this area was colored to represent fading grass to match the dyed green tufts.
The faux fur grass is more versatile than I originally imagined. It brings a new level to model grassland development.
Click here to develop a field using individual tufts of fur grass

Balastado de la vía

Para un balastado correcto, es importantísimo medir y fotografiar la zona a representar en lo que a tamaño de la piedra, color y suciedad alrededor de los carriles se refiere.

Es esencial diferenciar líneas principales y secundarias, puesto que las primeras reciben una renovación de las bateadoras con mucha más frecuencia que las segundas, y ello hace que las líneas secundarias se vean más “sucias”. El balasto de las líneas secundarias tiene un tono mucho más “ceniza”. Con frecuencia, el balasto se compone de hasta cinco tipos de colores diferentes, desde el gris claro al muy obscuro, casi negro, con tonos de gris neutro, marrón y verdoso también.

Decidir el color del balasto (dependiendo de la zona a modelar), mirando fotografías del modelo real; hay zonas en las que el balasto antiguo y ennegrecido queda por debajo del nuevo que depositan las bateadoras. Desde un punto de vista del modelado, y llegado el momento de elegir el color del balasto para luego patinar, hay que tender primero el más antiguo (y obscuro), y de ahí para arriba ir tendiendo capas mas claras, añadiendo –al final- el patinado.

Algunas líneas nunca se han vuelto a balastar desde que se tendieron, y la vía puede tener un aspecto lamentable. Es frecuente ver parcheados de diferentes colores y texturas en una misma sección de vía. Cuidado también con la manera en que se tendió el balasto (con bateadoras o a paladas, porque ello añade una irregularidad al trazado).

En los apartaderos suelen haber restos del paso del tiempo; trazas de arena, fugas de grano, restos del paso de ganado, pérdidas de aceite, combustible o cualquier otro material susceptible de ser transportado en vagones.

Un charco de aceite sobre el balasto nuevo resaltará mucho más que sobre las capas antiguas. La escala también se aplica a los colores y a la gradación entre éstos. Las vías de servicio tienen un tinte distintivo (más aleatorio) que el de la línea principal (más uniforme).

Tengo dos maneras de realizar mi propio balasto: la artesanal y la comercial.

Para el balasto artesanal, cojo varias piedras de balasto auténtico, granito tirando a oscuro y cenizas de brasero (de los antiguos). Pico y muelo perfectamente las dos primeras, mezclando el resultante y colándolo con un colador de mena (malla) adecuada para obtener piedras de –aproximadamente- medio milímetro de diámetro. Luego lo oscurezco con las cenizas y embalo dejándolo listo para ultimar el tono final.

En cuanto al comercial, utilizo balasto de marca Highball Escala N en gris claro (ref. 330-121)

como punto de partida; añado la referencia Ceniza (ref. 330-124) de la misma marca, y piedra real escogida en diferentes lugares, pero que correspondan –más o menos- con lo que se desea modelar (enfrente de mi casa hay un descampado lleno de tierra con un color perfecto, y lo suficientemente descompuesto como para que el tamaño de la piedra sea tan diminuto como necesito. Es conveniente, eso si, evitar las cacas de perro que abundan por los alrededores; más que nada porque no están a rigurosa escala N y huelen malamente, amén del montón de gérmenes que pueden contener).

En un principio, apunto el spray hacia arriba, dejando que el agua caiga suavemente sobre el balasto. Esta niebla ligera evita que el balasto se vuele. Una vez la superficie está ligeramente húmeda, puede dirigirse el spray directamente a la vía. Usar suficiente agua para que el balasto se empape bien, ya que si sólo la superficie está húmeda, el adhesivo no impregnará y el resultado será una costra ligera y frágil. El balasto se oscurece una vez pegado.

En el módulo "segunda_aguada" (bajo las dos normativas: Plataforma-N y Euro-N) he utilizado una medida de balasto Buff fino, otra medida de Gris claro fino y media medida de Aneste ref.150. Esta proporción otorga al balasto resultante un color gris-beige, con incrustaciones más oscuras, perfecto. Muy estilo RENFE años '60.

Ir dosificando el balasto primero entre los raíles, luego en los laterales. Con el dedo aplanar y repartir el balasto entre los carriles; con la punta del palillo tumbada, limpiar el balasto caído encima de las traviesas, depositándolo en los huecos. Repetir esto cuidadosamente hasta que no quede balasto sobre las traviesas. Aplacar y dar forma con el dedo.

A continuación, humedecer con agua jabonosa (para romper la tensión superficial), y empapar con la mezcla de cola y agua al 50%. Dejar secar perfectamente y luego repasar con la punta para dejar una superficie plana y sin granos de balasto sobre las traviesas.

Para el pintado y envejecido de las vías (balasto y traviesas), utilizar Burnt Umber y un poco de gris obscuro, añadiendo un poco de negro mate, elaborando una aguada. No una aguada para patinar o envejecer, sino algo más fuerte (menos diluida). Aplicando con algún método que nos proporcione control (por ejemplo, con un aerógrafo para acuarelas), coloreando el balasto entre los raíles, y hasta los bordes de las traviesas. La aguada se extenderá (empapará) hacia el exterior hasta una distancia adecuada que la hará parecer más natural. Una vez seca, utilizar otra aguada más espesa y obscura para dibujar una línea o chorreo central entre los carriles, especialmente si se representa época de vapor y diesel.

Una vez el balasto en su sitio y patinado (wheathered), se le da un repaso con el mata-hierbas, que básicamente añade un tono óxido sobre las traviesas, muy cerca de los carriles y el balasto. Esto le da a las vías un tinte rojizo-marrón final.

La vegetación es fieltro tintado (ver IPMS (International Plastic Modelers Society)); es perfecto en escala N.

El método es el siguiente: marcar la zona a cubrir con hierba-matojos-vegetación en la maqueta; mi base se compone de poliestireno extrusionado y pintado (Stryrofoam). Antes he preparado pintura en los tonos correspondientes a la zona a modelar, y se cubre el poliestireno, marcando la zona que quiero cubrir con vegetación rastrera. Si el espacio de ajuste es crítico, hago una plantilla con papel de calcar de la zona exacta a cubrir, que luego utilizo sobre la lámina de fieltro. Utilizo un lápiz para textiles para dibujar los bordes en el papel, recortando a tijera la plantilla obtenida sobre el fieltro. Luego coloco el fieltro recortado en su destino definitivo para comprobar el ajuste. Para fijarlo al sitio, utilizo pegamento acrílico de contacto de marca Elmer (sin olor y con base al agua), encolando tanto el fieltro como la base del terreno. Otro buen adhesivo a utilizar es cola cerámica para azulejos, que es una mezcla más espesa y se utiliza de manera similar. Presionar sobre el terreno para ajustarlo y adaptarlo al relieve. Dejar secar 12 horas. Luego, con el aerógrafo (airbrush), y utilizando tintes (colores) permanentes, se pulverizan varios tonos de verde, ocre y marrón directamente sobre el fieltro, dejándolo secar completamente. A continuación espolvoreo (scatter) suciedad sobre el fieltro (pueden ser restos auténticos de suciedad y pequeñas piezas de vegetación y piedrecillas, dependiendo del escenario real), y luego, utilizando varios instrumentos afilados o con punta empiezo a pellizcar y extraer las fibras del fieltro por entre la suciedad esparcida. Aquellas áreas más boscosas (espesas de vegetación) pueden ser rápidamente levantadas o enderezadas con la ayuda de pequeños cepillos (file cards), y los matojos espesos en las colinas y terraplenes y desmontes son sencillos de representar estirando las fibras con un mondadientes. Si las fibras resultan muy largas, se “pelan” como con el cabello con unas Tijeras, siempre de acuerdo a la vegetación que se quiera representar. Compactar presionando la suciedad aquí y allá, añadiendo pequeñas piedras, cañas, grava, canchales (boulders) hasta conseguir el efecto deseado. En este punto es esencial contra con algunas fotografías-tipo, que son siempre mejores que la memoria.

Una vez que todo lo anterior ha reposado y se ha secado, y utilizando un spray de chorro realmente pulverizado tipo “niebla” (por ejemplo, tipo esos para eliminar el mal olor –Febreeze-) humedecer la zona con agua; con un cuentagotas grande (o un botecito de colirio ocular) colocar el orificio entre las fibras del fieltro de la vegetación y empapar la suciedad, polvo y piedras con la mezcla de adhesivo habitual de cola blanca y medio mate para paisaje, teniendo cuidado de no tocar las fibras que asoman por encima de la suciedad. Otra técnica que funciona igualmente bien es diluir una mezcla de matte medium, agua y unas gotas de detergente, jabón o Kodak Photoflow (para romper la tensión superficial) en otro spray, pulverizando la zona con el adhesivo.

Este método es fantástico, dando unos resultados espectaculares.

Algunas zonas pueden realzarse con “little ground foam” para representar montones de paja pendiente de recoger o embalar; empapar con laca de pelo barata.

Dejar secar y usar el cepillo o el mondadientes para separar las fibras que hubieran podido quedar pegadas entre sí. “Pelar” de nuevo la hierba y matorral con tijeras una vez seco y aspirar los sobrantes.

Modificación referencia 226 (CC 103x del Central de Aragón) de Ibertrén

Construidos por Carde y Escoriaza en el año 1934, fueron los coches más pequeños del Central de Aragón, pues pesaban 39.450 Kg. con nueve departamentos de tercera clase de diez plazas cada uno, y una distancia entre topes de tan solo 20 metros. En los departamentos, la distancia entre tabiques era únicamente de 1670 mm., con bancos de 2167 mm., es decir, correspondían apenas 44 cm. por plaza. Los departamentos no estaban cerrados y para evitar corrientes de aire, además de las puertas del pasillo con las plataformas, existían dos intermedias.

Al suprimir RENFE la tercera clase los pasó a segunda con las nuevas numeraciones:

Num. en el Central de Aragón

Numeración RENFE antigua (con 3ª cl.)

Numeración RENFE nueva (con 2ª cl.)

Numeración UIC

CC 301

CC 1031

BB-4 1040

50 71 29 20 000

CC 302

CC 1032

BB-4 1041

50 71 29 20 001

CC 303

CC 1033

No convertido a 2ª

-

CC 304

No pasó a RENFE

-

-

CC 305

CC 1034

BB-4 1043

50 71 29 20 002

CC 306

CC 1035

BB-4 1044

50 71 29 20 003

CC 307

CC 1036

BB-4 1045

50 71 29 20 004

CC 308

CC 1037

BB-4 1046

50 71 29 20 005

CC 309

CC 1038

BB-4 1047

50 71 29 20 006

CC 310

CC 1039

BB-4 1048

50 71 29 20 007

Recibiendo los ocho últimos las numeraciones UIC 50 71 29 20 000 á 007, tan solo ocho coches, pues el CC 304 no llegó a pasar a la RENFE, y el CC 1033 no alcanzó a convertirse a segunda clase.

(Información extraída de la revista Carril, num.9)







Material necesario:

1 x Ibertrén 226

1 x ROCO “Hechte” 2257 ó 2258

Herramientas y Loctite

La verdad es que estos vagones de Ibertrén tienen poco arreglo: son de lo peorcito que hizo la marca en cuanto a acabado, pintura y apariencia general. Quedan altísimos sobre los carriles (casi tanto como el Camas); las ventanas no tienen marcos, la pintura es mala y las inscripciones pésimas. Pero le tenemos cariño, porque es el único vagón de este tipo que tenemos, así que vamos a “tunearlo” para dejarle mejor aspecto.

Afortunadamente, existen unos vagones de ROCO (esta querida marca siempre nos sacará de apuros, incluso en los desguaces), que son relativamente fáciles de encontrar y muy asequibles (los míos eran de colección y los tengo hace más de diez años; pero salen periódicamente en eBay por menos de 10€). Conviene fijarnos sólo en las referencias 2257 y 2258 (1ª clase y mixto 1ª/2ª clases).

¿ Por qué ?; las distancias entre cotas del chasis son casi idénticas (sólo es preciso un pequeño corte limpio); las ventanas encajan perfectamente en los huecos del vagón de Ibertrén; tienen bogies Pennsylvania (como los Ibertrén) y hay otras piezas aprovechables.

Empezamos desguazando completamente ambos vagones y colocando las piezas de cada uno en su caja respectiva. Una rápida medición nos hará comprobar que el chasis del ROCO entrará perfectamente en el hueco dejado por el chasis de Ibertrén. Practicamos unas aberturas rectangulares en el suelo de ambos extremos del vagón de Ibertrén para que la pieza que contiene los peldaños de acceso pueda girar libremente; eliminamos las pestañas de plástico del chasis de ROCO y aseguramos la chapa de contrapeso al mismo.

El corte para dejar la longitud correcta conviene realizarlo a medida aprovechando una de las partes sin artefactos (ver imagen) del chasis. Comprobamos que encaja y que todas las piezas giran perfectamente. Aseguramos el chasis a los bajos de la carrocería del Ibertrén. Ya sólo con ésta sencilla modificación hemos perdido 1 mm de altura del vagón; hemos mejorado el aspecto y el rodaje y lo hemos dotado de unos bogies Pennsylvania de verdad.

El siguiente paso consiste en pintar el interior del vagón de los colores que nos gusten (con colores claros gana mucho), incluido el negro del techo, por si un día lo iluminamos. Y –si nos interesa- repintar el vagón por fuera, colocando las calcas nuevas. Dejar secar bien.

Ahora viene lo entretenido: poner las ventanas. Lo primero que nos debe preocupar es que el vagón de Ibertrén tiene 9 huecos de ventana y los ROCO 7 en un caso y 8 en el otro. Nos falta, como poco una ventana. O la fabricamos o usamos el faldón de plástico transparente del techo del vagón de Ibertrén. El que no tenga otro vagón para tirar de él puede recortar ese faldón de plástico transparente a 2 mm del borde del techo (para que encaje sin tocar las nuevas ventanillas) excepto por la ventanilla que queramos “suplantar” (ver imagen). Conviene que no sea una de las del centro porque se ve peor (hay que distraer la atención hacia las ventanillas bajadas); porque es más trabajo recortar dos trozos (con el riesgo que conlleva de rajar el techo) y porque resta resistencia al conjunto.

Hay que decir que las ventanillas del vagón de ROCO están admirablemente hechas, con sus manillas en la parte superior y cristal esmerilado para los aseos. Sólo son un pelín más cortas de altura que los huecos. No se nota una vez puestas.

Recortamos una a una las ventanillas y, a su vez, las perfilamos para dejarles sólo una pequeña pestaña de 1 mm alrededor del marco, y vamos pegándolas a discreción, incluidas las de los baños. Añadir cortinillas si nos place. En los testeros tendremos problemas porque no encajan. O las “hacemos” encajar, o prescindimos de poner ventanas ahí y utilizamos el faldón de plástico transparente del techo (ver imagen).

Comprobamos que todo encaja perfectamente, y aseguramos a presión el techo, dejando accesible el interior por si iluminamos.

Adicionalmente, podemos usar los intercomunicadores de fuelle que provee ROCO con su vagón (son mucho más decentes que los que trae el vagón de Ibertrén), aunque aprovechando las plataformas reticuladas de los fuelles del Ibertrén porque le van de maravilla.

Retocamos los testeros en cuanto a focos, toperas y mangueras, cambiamos el enganche si nos interesa ponerlo corto, y a rodar.

Ya tenemos un vagón de la serie 1000 mucho más atractivo en varios aspectos, a un coste bastante reducido. Tiempo total de la transformación de 1 vagón: una hora y media, más el tiempo de secado de las pinturas.

Más material de desguace: las escalerillas y los respiraderos del techo del vagón ROCO pueden servir para sustituir la escalerilla de los cerealeros de Artrain y para mejorar los techos de algún otro vagón. El interior es menos utilizable, ya que el número de compartimentos determina el número de ventanillas y su localización.

lunes, septiembre 11, 2006

Tren TER en Pancorbo



Tren TER saliendo de Pancorbo.

RENFE 2100 en desfiladero con un tren omnibus



RENFE 2100 (sin identificar) con tren omnibus en desfiladero.

Portacoches SEMAT



Portacoches SEMAT en cola del expreso Madrid-Cádiz. 1970

miércoles, septiembre 06, 2006

Magnífica página de trenes

Dedicada a los ferrocarriles centroeuropeos (fundamentalmente).

http://www.nicospilt.com/index3.html